domingo, 13 de noviembre de 2011

IGLESIA ROMÁNICA

En el siglo XI comenzaron las peregrinaciones en Europa, y se fue desenvolviendo un estilo artístico que recibe el nombre de Románico y será el más representativo de la baja Edad Media.


Las Iglesias románicas eran lugares de peregrinación y contaban con galerías laterales donde los peregrinos podían descansar. Eran construídas en piedra, con una planta en forma de cruz latina semejante al cuerpo de Cristo en la cruz. El lugar donde se cruzaban los dos brazos era el llamado crucero, cubierto normalmente con una cúpula alzada sobre un cimborrio. El brazo mayor normalmente se dividía en naves, una central de mayor tamaño y dos naves laterales que se prolongaban por detrás del altar mayor formando la girola o deambulatorio, por donde podían transitar los fieles. La nave transversal que cruzaba la nave principal (los brazos de Cristo) era el transepto.

En la cabecera de la nave principal estaba el ábside con forma abovedada y semicircular, donde se encontraba el altar mayor y el presbiterio.

Para dar consistencia al edificio se levantaron bóvedas de cañón sostenidas sobre gruesos muros y pilares, y que se unían por arcos de medio punto o de circunferencia, que caracterizan el arte románico. Destacan como elementos de la estructura de la bóveda de cañón los arcos fajones, visibles desde el exterior de la bóveda y que se apoyan en los pilares laterales que sostienen la cubierta, a modo de prolongación; sus extensiones se transmiten al exterior mediante contrafuertes que reforzaban los anchos muros pegándolos por la parte exterior.

Cuando las bóvedas de cañón se cruzaban perpendicularmente formaban la bóveda de arista, que por su facilidad de construcción se extendió en el arte románico.





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